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Chapati casero: Un viaje a la cocina ancestral

Chapati

El chapati es un pan plano tradicional originario de la región del sur de Asia, ampliamente consumido en países como India, Pakistán y Nepal. Su popularidad se ha extendido por todo el mundo debido a su sencillez, versatilidad y sabor delicioso. Si alguna vez has probado un buen curry o un estofado especiado, es probable que hayas disfrutado de este pan como acompañamiento. No necesitas un horno especial para hacerlo; basta con una sartén y algunos ingredientes básicos para crear una receta que ha sido transmitida de generación en generación.

Este artículo te enseñará a hacer chapati desde cero, siguiendo una receta tradicional que es perfecta para cualquier ocasión. Aprenderás cada paso detalladamente, desde la preparación de la masa hasta la cocción en sartén, y descubrirás variaciones que te permitirán adaptar el chapati a tus gustos personales.

Además, esta receta es una excelente opción para quienes buscan una alternativa más saludable al pan tradicional, ya que puedes utilizar harinas integrales y ajustar el contenido de sal a tu preferencia. ¡Prepárate para sorprender a tu familia y amigos con este delicioso pan artesanal!

Ingredientes 🍞

  • 400 g de harina semiintegral (o mezcla de integral y panificable) – 1440 calorías
  • 240 g de agua – 0 calorías
  • 6 g de sal – 0 calorías
  • Aceite para las manos (opcional, alrededor de 10 g) – 90 calorías

Total de calorías aproximadas: 1530 calorías para toda la receta

Preparación Paso a Paso

1. Mezclar los ingredientes

Comienza mezclando los ingredientes secos en un bol grande: la harina semiintegral y la sal. Es importante que uses una harina de buena calidad, ya que esta será la base de tu chapati. Si prefieres una opción más integral, puedes optar por harina de trigo 100% integral o incluso espelta.

Añade los 240 gramos de agua poco a poco, mezclando con una cuchara de madera o con las manos. El objetivo es conseguir una masa homogénea, sin grumos, pero no hace falta amasarla en exceso. En este punto, solo queremos asegurarnos de que los ingredientes estén bien integrados.

2. Primer reposo de la masa

Después de mezclar, cubre la masa con un paño de cocina limpio o con papel film y déjala reposar durante 10 minutos. Este reposo inicial es esencial para que la harina absorba el agua y la masa se vuelva más manejable. No te preocupes si al principio parece un poco seca; el tiempo de reposo ayudará a que los ingredientes se combinen mejor.

3. Amasar con aceite

Una vez que la masa ha reposado, es hora de añadir un poco de aceite a tus manos. El aceite no se mezcla directamente en la masa, sino que se utiliza para manipularla sin que se pegue. Úntate las manos con aceite de manera generosa y, con movimientos suaves, estruja la masa durante unos 30 segundos. Este paso ayudará a suavizar la masa y le dará una textura ligeramente laminada, similar a un hojaldre muy rústico.

Después de este breve amasado, deja que la masa repose nuevamente por 10 minutos. Este segundo reposo es crucial para lograr una textura más elástica y fácil de trabajar.

4. Dividir la masa y formar bolas

Una vez que la masa ha reposado por segunda vez, divídela en pequeñas bolas, cada una de aproximadamente 80-100 gramos. Esta cantidad es perfecta para crear chapatis de tamaño mediano, ideales para acompañar tus comidas. Si prefieres chapatis más grandes o pequeños, puedes ajustar el tamaño de las bolas de masa según tu preferencia.

5. Estirar los chapatis

Usa un rodillo para estirar cada bola de masa en discos delgados, de unos 20-22 cm de diámetro. No te preocupes si no son perfectamente redondos; lo importante es que el grosor sea uniforme. Un truco muy utilizado en muchas partes del mundo es pasar la masa de una mano a otra, golpeándola suavemente para estirarla de manera homogénea. Este gesto ancestral no solo es efectivo, sino que también conecta el proceso de elaboración con técnicas que han pasado de generación en generación.

6. Preparar la sartén

Calienta una sartén a fuego fuerte. Para obtener el chapati perfecto, necesitas encontrar el equilibrio entre una cocción rápida y evitar que se quemen. Un buen rango es calentar la sartén al 85-90% de su potencia máxima. Mientras se calienta, asegúrate de que tu chapati esté bien estirado y listo para ser cocinado.

Antes de colocar la masa en la sartén, da un golpe seco con las puntas de los dedos sobre la superficie del chapati. Este truco ayuda a crear pequeños agujeros que evitan que la masa se hinche demasiado, lo que es especialmente útil si no quieres que el pan se parezca a una pita.

7. Cocinar los chapatis

Cocina cada chapati en la sartén caliente durante aproximadamente un minuto y medio o dos minutos por cada lado. Sabrás que está listo para voltearlo cuando empiecen a aparecer burbujas en la superficie y los bordes se vean secos. Voltea el chapati con una espátula y cocínalo durante un minuto más en el otro lado.

El objetivo es que el chapati tenga algunas marcas doradas, sin que llegue a quemarse. Si ves que se dora demasiado rápido, baja ligeramente el fuego.

8. Mantener los chapatis calientes

Una vez cocido, coloca el chapati en un paño limpio para que no se enfríe ni se endurezca. Es una buena idea mantenerlos cubiertos mientras cocinas el resto de los chapatis para que conserven su suavidad.

Variaciones

Tradicionalmente, el chapati se hace con harina atta, que es una harina de trigo integral molida muy finamente. Sin embargo, puedes experimentar con diferentes tipos de harinas según tus preferencias. La harina de espelta, por ejemplo, aporta un sabor ligeramente más dulce y un perfil nutricional diferente. También puedes mezclar harinas integrales con harina de trigo panificable para obtener un equilibrio perfecto entre textura y sabor.

Para añadir un toque de sabor extra, algunas personas mezclan especias en la masa, como comino o cilantro molido, lo que le da un perfil aún más interesante al chapati.

Chapati

Conclusión sobre esta receta facil de pan Chapati

El chapati es más que un simple pan: es una conexión directa con la historia y la cultura culinaria de regiones que han perfeccionado este arte durante miles de años. Es una receta sencilla pero llena de sabor y significado. No necesitas un horno especializado ni ingredientes difíciles de conseguir, lo cual hace que esta receta sea accesible para cualquiera que quiera probarla.

Te animo a que hagas esta receta en casa. Es una oportunidad no solo de disfrutar de un delicioso pan casero, sino también de experimentar la satisfacción de crear algo con tus propias manos. ¡Invita a tus amigos o familiares a compartir esta experiencia y acompáñalo con tu curry o guiso favorito!

Atrévete a probar, experimentar con diferentes harinas y, sobre todo, ¡disfruta del proceso!

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